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sábado, 11 de septiembre de 2010

Fanfic "Dime que me amas"











DIME QUE ME AMAS
Por: Sonata Kim
Dedicación Especial para Asenet Cisneros


Caminaba por el pasillo que lo llevaría al salón de música ese lugar que había sido su refugio durante muchos años, en ese momento su cabeza estaba llena de confusión; hacía tiempo que no se sentía tranquilo, su vida había estando llena de estrés, su padre acaba de morir y él había prometido hacerse cargo de todo, el era Yunho Jung, tenía un futuro lleno de éxito en la empresa pero en el fondo sabía que no era feliz, entonces recordó que cuando tocaba el piano se sentía bien y eso era exactamente lo que se proponía hacer.
Mientras se acercaba escuchó una suave melodía que salía del salón, llegando miró por la ventana de la puerta, estaba obscuro, solamente una pequeña luz alumbraba una esquina donde se encontraba ella, una chica que tocaba el piano, él no podía verla muy bien pero se quedó un momento más escuchando la melodía desde afuera, de pronto ella empezó a cantar y él se sorprendió de su hermosa voz la voz de un ángel como lo llamó él, olvido todos sus problemas y sintió la misma tranquilidad que sentía cuando el tocaba.

De pronto su teléfono sonó, inmediatamente contestó, entonces se dirigió al patio de la academia de música y atendió la llamada que era demasiado importante; después de hablar colgó y recordó la chica en el salón, estaba dispuesto a descubrir quien era por lo que corriendo llegó al salón abrió la puerta pero lo encontró totalmente vacío, ella debió haberse ido cuando él contestó el teléfono, se acercó poco a poco al piano y se sentó, toco con sus dedos las teclas y se preguntó a si mismo.

                — ¿Quién eres?

Días después

Estaba en un café observando detenidamente el periódico en busca de trabajo, lo había intentado desde que llegó a Corea pero no había conseguido nada, terminó de verlo y suspiró no había nada para ella; pagó la cuenta y se marchó estaba otra vez dudando si estar ahí era lo correcto o tenía que irse como se lo había dicho su hermana mayor que nunca estuvo de acuerdo que ella fuera a corea, mientras caminaba por la calle vio en el suelo una hoja del periódico que alguien había dejado tirada, tuvo la sensación de que tenía que levantarla, así lo hizo y vio que era una página amarilla y en un circulo encerraba un trabajo “secretaria de una empresa de bienes raíces internacional”, no le pareció tan mal, ya lo había intentado otras veces y si al final no la aceptaban pues ya estaba acostumbrada, aun tenía 20 años pero ella era una persona fuerte y decidida eso la había llevado a donde se encontraba en esos momentos,  aunque en los últimos días no se sentía así las circunstancias tal vez era las que la afectaba.

A la mañana siguiente se levantó temprano para ir a la entrevista, el lugar era un gran edificio, a la entrada el Lobi, necesitaba subir al quinto piso así que corrió muy rápido para que no se cerrara el ascensor, con su mano lo detuvo, lo había logrado y entró muy agitada por correr.

— Lo siento —dijo— mientras su teléfono sonó a lo cual ella contestó.
— Aló, hermana eres tú —dijo con expresión de alegría— hace tiempo que no me llamas yo —fue interrumpida por un.
— ¿Ya conseguiste trabajo? —dijo una voz dura detrás del teléfono—
— No, aún no pero —respondió.
— Lo sabía, ya sabes lo que pienso, todo esto fue un error, mira olvídalo ya no te llamaré mas, si vuelves a México no me busques, me cansé de tu irresponsabilidad y de que no hagas caso a todo lo que digo, sabias que yo quería que fueras una empresaria de éxito lo hubieras logrado acá pero la música —dijo con tono sarcástico— eso dijiste que querías hacer, una total pérdida de tiempo y dinero también, acaso ya te acabaste todo lo que tenias ya, sabes que adiós.

Todas esas palabras se había difundido por todo el ascensor, eso realmente le había dolido, sus ojos se llenaron de lágrimas pero respiró y bajó la cabeza, el ascensor hizo su ruido acostumbrado para anunciar su llegada al quinto piso.

Ella salió olvidándose por completo que ahí adentro también se encontraba un hombre que había sido testigo de todo. Momentos después.

                — Asenet Cisneros —la llamaban para la entrevista.
                — Si soy yo —respondió saliendo de su estado pensativa.

En la entrevista estaba distante.

                — Señorita puede escucharme.
                — Lo siento ¿me decía? —respondió.

Todo terminó y se dirigió a su casa un poco mal por lo sucedido en el ascensor, cuando llego se dió una ducha y se tiró a la cama, pensó, todo lo que su hermana le había dicho era cierto, tal vez ella si tenía razón después de todo, pero sabía que si regresaba a México se tragaría sus palabras, en ese momento tomó una decisión si no la llamaban para el trabajo en dos días haría las maletas para regresar a México, en otras circunstancias había sido más optimista, fuerte y seguiría adelante como fuera pero no se sentía bien, todo estaba saliendo mal y estaba dejando de creer en ella misma.

Hazuki o Hazu de cariño como prefería que la llamaran tenía un trabajo temporal en una universidad enseñando español a unos estudiantes, que claro dejaría si la llamaban de la empresa, la verdad se sentía pesimista y casi empieza a preparar las maletas la noche anterior pero no lo hizo. En medio de la clase el teléfono sonó, se disculpó y salió.

                — Aló —dijo con mucha seguridad.
                — Señorita Asenet Cisneros.
                — Ella habla.
                — Le hablamos de la empresa de bienes raíces internacional necesitamos que se presente el día de mañana en la empresa a primera hora.

Hazu se quedó sin habla, no podía creerlo en realidad si la había llamado para el trabajo, luego de unos segundos reaccionó y contestó.

                — Claro ahí estaré muchas gracias.

Una sonrisa se dibujo en su rostro, eso sin duda era una señal, tenía que seguir adelante. Sentada en su mesa solamente se reía estaba muy feliz.

Al día siguiente en la mañana tomó únicamente un sorbo de jugo y salió a la oficina, está un poco nerviosa pero animada, al final tenía un trabajo y eso significaba que se quedaría, al llegar le presentaron a todos los trabajadores el dueño y gerente se encontraba fuera del país por asuntos de trabajo.

Aunque Hazu se sentía un poco triste por la situación de su hermana hacia su trabajo muy bien; luego de 2 semanas una mañana de muchas Hazu se encontraba en la oficina del gerente dejando unos papeles y revisando otros, lo había estado haciendo las últimas semanas que el gerente no había estado.

La puerta se abrió de golpe y ella inmediatamente giró para ver quién era.

                — ¿Quién eres tú y que haces aquí? —dijo con una voz imponente.
                — Yo… soy la secretaría de…
                — A cierto lo olvidé  —la miró extraño como si la reconociera.
                — Me supongo que sí y ¿Usted quién es?
                — Yo soy el Gerente de la empresa Yunho Jung.
                — Mucho gusto —dijo haciendo una reverencia— permiso —se proponía a irse.

Ella se dio cuenta que él era un hombre muy enojado, hasta se veía tirano pero eso si lo considero muy guapo, pero decidió que no lo juzgaría.

Una tarde Yunho necesitaba que Hazu se reuniera con él para ayudarle a tomar unas notas y otras cosas, la reunión apenas había empezado y ella salió de la oficina para ir por unos papeles que había olvidado, mientras salió su teléfono sonó; él observó el movil y pareció reconocerlo.


Flash back
Me canse de tu irresponsabilidad y de que no hagas caso a todo lo que digo, sabias que yo quería que fueras una empresaria de éxito lo hubieras logrado acá pero la música eso dijiste que querías hacer, una total pérdida de tiempo y dinero también, acaso ya te acabaste todo lo que tenias ya, sabes que adiós.
Fin del flash back

— Eres la chica del ascensor.

Cuando Hazu regresé, él le dijo.

                — Te llamaron —dijo extrañado.
                — Lo siento —lo puso en vibrador.

                Él se había dado cuenta que ella era la chica del ascensor porque en realidad no la había reconocido ese día, el teléfono empezó a vibrar muchas veces parece que era alguien que necesitaba urgentemente hablar con ella.

— Conteste —dijo enojado.
                — Lo siento pero debo contestar es urgente.
                — Si lo sé, pero rápido.

Hazu volvió y se sentó para trabajar pero el ya no la veía igual y ella también no se veía igual.

Yuhno no quiso mencionar nada del asunto del ascensor, pero algo más pasaba por su mente la chica que había escuchado cantar hacia tiempo la había estado soñando últimamente, parecía que su voz y esa melodía estaban en su cabeza todo el tiempo y eso era muy extraño, y así pasaron los meses, entonces también se dio cuenta que la mayoría del tiempo aunque su trabajo era eficiente Hazu estaba triste, en ocasiones tenia deseos de preguntarle cómo había ido todo con su hermana pero nunca lo hizo, ellos trabajaban mucho juntos y a pesar de que Yunho era muy estricto le gustaba la forma que Hazu hacia su trabajo y se estaban empezando a llevar bien.

Había un chico mexicano llamado Pablo trabajando también en la empresa y Hazu conversaba mucho con él en sus tiempos libres y en las comidas porque eran las únicas veces que podía hablar en su idioma y sentirse tal vez en familia como ella lo llamaba, una tarde Pablo y Hazu se encontraban en la sala de espera platicando y riendo mucho por unos chistes y cosas que recordaban de su tierra natal; de pronto Yunho entró a la empresa.

               — Pablo no te imaginas que dijo la señora –decía riendo.
— Hay Asenet me haces reír
— ¡Que está pasando aquí! —dijo Yuhno casi gritando, Hazu y Pablo se quedaron inmóviles y serios.
— Hazuki a la oficina ahora.

Hazu obedeció y lo siguió

— ¿Qué significa esto? —decía enojado— no están trabajando, esta empresa es seria.
— Pero es que…
— No hay peros si no quieres trabajar hay muchas personas que quieren el trabajo.
—Pero yo —tratando de explicar— solo déjeme que le explique.
— ¿Qué vas a decirme?
— Hoy es la tarde libre de los empleados usted mismo lo ordeno, ¿recuerda? yo lo estaba esperando porque necesitaba entregarle unos papales y Pablo amablemente me acompaño.

— Deme los papeles y puede irse — Yuhno se sintió incomodo pero fingió.

Mientras Hazu le entregaba los documentos  él le preguntó.

                — ¿Él… te gusta?
                — Como dice.
                — Pablo el chico de allá afuera te gusta.
                — ¿Qué le hace suponer eso?
                — Parece que se divierten mucho juntos
                — Si, eso se llama amistad debería probarlo alguna vez

Hazu salió de la oficina y ella y Pablo se fueron juntos, Yuhno los miraba desde la ventana del 5 piso; la empresa había organizado una fiesta para los empleados, a la cual Hazu había no decidido ir  se sentía muy cansada y refería dormir todo el día.

Unos días antes una chica que también trabajaba en la empresa le preguntó.

                — ¿Hazu es cierto que no iras a la fiesta?
                — No, prefiero dormir –dejo riendo.
                — ¿Es verdad?
                — Bueno la verdad es que no tengo nada que ponerme y además no voy a gastar dinero en un vestido que solo usaré una noche, es una total perdida, y no estoy de humor para soportar la crítica de los demás diciendo que vestido llevas o no, no quiero enojarme y decirles unas cuantas cosas.
                — Tienes razón bueno si decides ir me avisas.
—  ok claro

Yunho había escuchado toda la conversación e inmediatamente citó a Hazu a la oficina.

— Con respecto a la fiesta, habrán unos importantes empresarios y quiero que estés conmigo para cualquier cosa, ya sabes por si necesitan información.
— Pero si es sólo una fiesta de los empleados y usted dijo que era nuestra decisión si asistíamos o no, ¿No habla en serio?
— No te estoy preguntando, tienes que estar ahí, ¿o ya tienes planes?
— No, yo sólo.
— Lo ves no habrá problema.
— Permiso —dijo haciendo una rabieta mientras salía.

Esa mañana no había que trabajar y Hazu se levantó  de mal humor porque no quería ir, estaba decidida a ponerse cualquier cosa y hacer que Yunho se arrepintiera de que la obligara a ir, se vistió y llegó a la fiesta que era en el mismo edificio en el salón de reuniones acondicionada para la fiesta.

Yunho sabía que ella haría eso, así que cuando la vio entrar llegó junto a ella le dijo.

— ¿Qué haces?
— Vengo a la fiesta.

Yunho la tomó del brazo y la llevó hacia su oficina.

— ¿Oye qué hace?
— No puedes presentarte así.

Tomó una caja y se la dio

— ¿Qué es esto? —dijo al mismo tiempo que la abría.

Era un hermoso vestido color negro, ella no podía creer que él le diera ese vestido.

— ¿Quiere que yo me ponga esto?
— Si, es sólo un vestido de una amiga usa cuando viene a la ciudad.
— ¿Y todavía tiene le etiqueta? se nota que no lo usa –dijo mostrándosela.
— Cámbiate rápido —le dijo imponente— ¿qué esperas?
— No puedo.
— ¿Por qué no?
— Delante de usted no.
— Si es cierto.

Yunho salió y ella se vistió, cuando salió por esa puerta el no dejaba de verla y simplemente le dijo.

— Te ves hermosa.

Al parece eso había salido de su corazón porque luego se dio cuenta de lo que había dicho, no se arrepintió porque era una verdad para él, sólo que pensó que  ese comentario podría mal interpretarse.

— Vamos —la tomó de la mano y se fueron a la fiesta.

En la puerta él le soltó de la mano y le dijo.

— Diviértete.

Todos al verla se acercaron y le dieron la bienvenida, Pablo que también estaba ahí le dio una vuelta y le dijo que estaba linda, también le pidió que bailara con él, ella no quería pero Pablo no espero que contestará llevándola hasta la pista de baile.

Mientras bailaban cada vez que Hazu miraba a la dirección en la que se  encontraba Yunho se topaba con una mirada, ni ella misma sabia como interpretarla, se miraba como admirándola pero a la vez enojado y simplemente que viéndolo ahí parado, recordó todos sus momentos con él, en la oficina, el regañándola, otras riendo de cosas, cerró los ojos y se imaginó bailando con Yunho esa pieza, no quería despertar quería seguir recostada en su hombro y que él la tomará de la cintura, se sentía muy bien, a cada paso ella se sentía en las nubes, ese sentimiento que era se preguntaba,  pero cuando se acabo la música volvió a la realidad.

Yunho no había dejado de observarla de pronto se marchó para la oficina.

— ¿Eres estúpido o que te pasa? —Se decía a sí mismo— ella estaba bailando con él y cerró los ojos;  su rostro… ella en verdad lo quiere.

Alguien abrió la puerta

— ¿Le pasa algo? Porque salió así de repente —era Hazu.
— No te importa puedes largarte.
— ¿Puede darme mi ropa?
— Ahí esta —dándole la caja.

Regreso ya cambiada

— En verdad no le entiendo, porque hacer todo esto para terminar enojado por algo que ni sé que es, porque por lo visto está enojado conmigo.
— No te importa vete.
— Aquí está el vestido de su amiga –casi tirándoselo.

Hazu salió por la puerta y se fue caminando, había dejado su cartera en la oficina por lo que no tomó un taxi y como no quería regresar al oficina se fue caminando, en la calle pensaba que había pasado en la fiesta, era muy extraño, quería evaluar sus sentimientos pero de pronto vio a dos tipos que venían a ella, sintió miedo y quiso regresar para encontrarse con dos tipos más, en ese momento tomó su celular y quería llamar a alguien conocido, pensó en Pablo pero mientras lo buscaba se le cayó el celular, rápidamente lo recogió y volvió a buscar cuando los tipos ya estaban cerca y al parecer por fin marcó un número.

El teléfono de Yunho sonó según la guía era Hazu a lo cual él contestó, pero no escuchaba nada, de pronto.

— A que niña tan bonita, ¿Por qué tan sola? —dijo uno.
— Y es extranjera —dijo otro.
— No se te ocurra gritar porque nadie te va a escuchar.
— ¡Hazu! –gritó Yunho.

Salió corriendo de la oficina, subió a su carro tratando de encontrarla, no había ido tan lejos porque hacía poco que salió pensaba.

— Nos divertiremos un poco hoy.
— Creen que yo les tengo miedo, no sean estúpidos.

De pronto se escuchó un carro frenar fuerte y Yunho salió de ahí, ni siquiera les dijo algo sólo empezó a pegarles a todos, ellos también lo atacaban pero no lograron mucho pues Yunho era fuerte y Hazu sólo los miraba.

Todos terminaron por irse y él la tomo de los brazos y le dijo.

                — ¿Que haces? Me quieres matar del susto —estaba asustado— no camines sola en la noche, eres una descuidada, me escuchaste nunca lo vuelvas a hacer –le gritaba.

Hazu lo vio y bajo la cabeza no sabía que decir y luego se soltó de él y se fue, Yunho se dio cuenta que gritarle no era la manera de hablarle porque ella también estaba asustada, se puso las manos sobre la cabeza y grito.

                — Perdóname Hazu, lo siento es que me asuste cuando escuche tu vos en el teléfono y esos tipos.

La alcanzó, se paró enfrente de ella para que no siguiera caminando.

                — Sube al auto, te llevó a tu casa.
                — Ya falta poco mi casa queda cerca por eso quise irme caminando.
                — Olvídalo —la tomó del brazo y la subió.
               
                La llevó a la puerta de su casa

                — Gracias por traerme y gracias por salvarme.
                — Ten cuidado la próxima vez
                — ¿Quieres entrar un momento a tomar café?
                — Este bien

Ellos entraron y Yunho observaba todo, se sentó en la mesa del comedor mientras Hazu le hacia un café.

— ¿Y cómo va todo con tu hermana?
— ¿Mi hermana?
— Creo que no recuerdas pero ese día de la entrevista yo era el tipo del ascensor.
— El ascensor —dijo pensativa— pues todo va igual ella como dijo no volvió a hablarme y no contesta mis llamadas, pero tengo que seguir adelante al menos tengo trabajo y creo que estaré por acá un tiempo más.

Yunho se levantó para conocer más la casa pero cuando entro en el cuarto de Hazu vio algo que lo impresionó.

— ¿Tienes un piano? –dijo impresionado.
—Sí, es mi mayor tesoro moriría de hambre pero no lo vendería jamás —rió.
—Tocas el piano.
— Me gusta mucho, ven… escucha.

Hazu se sentido en la silla y levantó la tapa del piano, era un hermoso piano de cola color blanco, y empezó a ejecutar una pieza hermosa Presto agitato de Bethoveen, Yunho sólo la observaba sentado junto a ella, de pronto él también empezó a tocar y los dos juntos se sentían tan bien ahí… cuando terminaron de tocar.

— También sabes tocar.
— Lo hacía antes.
— ¿Y ya no?
— No ya no… fue muy agradable estar contigo y que compartieras un poco de tu vida.
— Quiero saber que paso en la fiesta y en la oficina hoy
— Olvídalo soy un tonto –dijo mientras salía por la puerta.

Otro día mientras los dos estaban en la oficina ultimando detalles de unos documentos Yunho no entendía algunas cosas ahí escritas así que Hazu tuvo que acercarse a él para explicarle y mientras lo hacia él ya no observaba los papeles la observaba a ella de una manera que sólo los enamorados miran, ella se dio cuenta y se sintió incomoda y nerviosa, el tenía muchas ganas de hacer algo desde hacia tiempo y ese día no pudo aguantar más, se levantó de la silla y se acercó a ella, Hazu caminaba hacia atrás pero llegó a la pared donde no podía escapar.

— ¿Qué hace?
— Algo que he tenido ganas de hacer desde hace tiempo

En ese momento el se acercó más a su rostro y sus labios a los de ella, el corazón de Hazu empezó a latir y él la beso tan suavemente y a la vez muy profunda, Hazu sentía que estaba en el cielo y el también, de algún modo era  lo que los dos habían esperado desde hace mucho.

Cuando de pronto tocaron a la puerta y los dos inmediatamente se separaron y se sentaron en las sillas respectivas, era otra secretaria con unos papeles que necesitaban, cuando la secretaría se marchó.

—Lo siento –Yunho se disculpa por el beso.
— Yo también lo siento —dijo Hazu levantándose y saliendo de la oficina.

El resto de la noche Hazu no dejaba de pensar en lo que había pasado con Yunho, porque sintió vibrar su corazón y se estremeció con el beso, a lo que simplemente llegó a la conclusión de que estaba enamorada de él. Sería que su amor era posible, Yunho la había besado pero ella no tenía la certeza que en verdad el sintiera lo mismo que ella sentía, lo único que podía hacer era esperar a que el tiempo lo dijera.

Yunho pensaba en Hazu pero de algún modo está empeñado en encontrar a su chica misteriosa, ya llevaba varios días soñando con ella, viéndola tocar el piano pero no pudiendo ver su cara de algún modo y esa chica también forma parte de su vida.

Pasaron los días y Yunho no volvió a mencionar nada del beso porque pensaba que lo que había hecho estaba mal, porque tal vez tenía miedo de los que pudiera sentir o de lo que ya estaba sintiendo y porque de algún modo ponía como pretexto a la chica misteriosa, el decía que tenía que encontrarla pero no hacía nada por lograrlo y Hazu empezó a pensar que ella había confundido todo, a veces se paraba en la enorme ventana de la oficina y miraba a la calle pasar la gente, pensativa y triste.

— No entiendo lo que pasó, creo que lo entendí todo mal, sólo porque me dio un vestido, me salvo, se preocupa por mí y me dio un beso, soy una tonta pensé que me quería es mas hasta pensé que me amaba pero sólo yo podría pensar en una cosa tan absurda, me es difícil estar aquí y verlo, porque parece que cada día lo quiero más, creo que me equivoqué, lo único es que sé que estoy enamorada de él y no puedo hacer nada por mi corazón –las lágrimas no dejaron de brotar.

Un amigo de Yunho llegó a visitarlo un día y estaban muy cómodos hablando cuando tocaron el tema del amor.

                — Y dime que paso con tu corazón.
                — Si lo dices así pareces romántico.
                — Pues hay una chica que.
                — ¿Qué?
                — La besé hace unas semanas.
                — Y entonces.
                — No sé qué pasa conmigo, es que… no sé cómo explicarlo, hay otra chica, un día la escuché tocando el piano y cantando y tengo su voz en mi cabeza pienso en ella, ni si quiera se quien es, sólo la escuché una vez y… esto es absurdo puedo yo sentir eso, eso pasa en la vida real.
                — Si eso pasa un caso entre mil pero si pasa.
                — No pude dejar de pensar en ella.

                Hazu había escuchado la última parte de la conversación mientras trataba de entrar a la oficina y su corazón se encogió, estaba confirmando lo que antes había pensado que había equivocado todo pero eso no significa que no le doliera el corazón, trato de disimular entrego todo y se marchó.

— Permiso —dijo rápidamente y se marchó.

Por la forma en que Yunho la miraba

— No me digas que ella es la chica que besaste.
— Si, como lo sabes.
— Por la forma en que la miraste… es linda —puso cara de Casanova.
— ¿YAH? –dijo Yunho algo molesto.
—Ok lo siento, pero entonces porque no intentas algo con ella, parece buena persona y…
—Es que no te digo que estoy confundido es que no dejo de pensar aish –dijo tocándose la cabeza.
—Lo siento por ti pero debes de aclarar tus sentimientos porque puede que luego sea demasiado tarde.
— Que estas tratando de decir.
—Lo que ya muchas veces te dije y parece que tu no captas.
—¿Qué cosa?
— No tienes solución, mejor me voy

El amigo de Yunho se fue y él se quedo en la oficina. Hazu de nuevo entró a la oficina.

— Sólo vengo a ver si no se le ofrece algo mas, voy a dejar estos papeles, nos vemos mañana —dijo Hazu.
— ¿Mañana?
— Si es que la empresa hacia donde voy esta cerca de mi casa y cuando termine ya será la hora de salida así que no le veo el caso de regresar a la empresa.
— Necesito que vengas
— ¿Qué? Oiga esperé si es algo que necesita prometo venir temprano deje todo en la mesa y listo.
— Dije que quiero que regreses —dijo imponente.
— Está bien —dijo molesta.

En el camino Hazu estaba pensativa, recordando las palabras de Yunho sobre la chica misteriosa, y para colmo de males tenía que regresar a la oficina. Cuando Hazu terminó de hacer todo lo necesario fue a la oficina.

— ¿Qué es lo que necesita que trabaje y que no puede esperar para mañana?

El solo la tomó de la mano, bajo las escaleras y la subió al carro.

— ¿Oiga que le paso a donde vamos?
— Voy a dejarte a tu casa.
— Está loco, ¿solo hizo que viniera para ir a dejarme a mi casa?
— Si
— En serio que no lo entiendo, ¡aish!

Cuando llegaron frente a la casa, Yunho le abrió la puerta del auto y le dijo.

— Me dejas entrar y… tocar tu piano.
— ¿El piano? –una petición muy extraña pensó Hazu.

Hazu no le hizo mucho caso y se dirigió a la entrada para abrir la puerta pero cuando ella abrió Yunho solamente entró, recorrió todo la casa hasta llegar al piano y comenzó a tocar; Hazu lo observaba desde la puerta del cuarto, al verlo ahí lo amaba más y deseaba tanto congelar el tiempo para tenerlo ahí a su lado siempre aunque sabía que no era posible.

— Parece que toca bien pero parece que ya no lo hace, ¿qué paso?
— Ya no me trates de usted, trátame de tu, y no ya no toco el piano.
— Pero el verlo, perdón, al verte tocar, se ve que te sientes bien haciéndolo.

El suspiró y no dijo nada.

— Creo que es hora de que te vayas.
— Me estas corriendo.
— No, es lo que…
— ¿Qué?
— Qué ya es tarde y necesito dormir.

El se paró y la acercó, la tomó por la cintura y la miraba detenidamente, Hazu estaba sorprendida pero a la vez no podía resistirse porque lo amaba, pero en medio de todo Hazu recordó la realidad, reaccionó y se soltó.

— ¡¿Qué haces?!
— Lo siento
— ¿Lo siento?, siempre es lo siento ¡ni siquiera se te ocurra volver a hacerlo! –le dijo gritando y casi con los ojos llenos de lágrimas.
— ¿Tan despreciable soy?
— ¡No tienes necesidad de venir acá, tocar el piano, y ¿por qué? Eso es lo que me he estado preguntando ¿por qué? Lo del vestido y la fiesta, y por qué –hizo una pausa-- aquel beso, no tienes que hacer nada por mí, nada porque solo me duele!
— Te duele
— ¡Si! –dijo ya llorando.
— Está bien ya me voy —dijo y se fue.

Cuando la puerta se cerró Hazu cayó detrás de la puerta y abrazando sus piernas no parara de llorar, ella le había dicho todo eso por muchas cosas, porque sabía que él no iba aceptar ni siquiera que le gustaba, porque sabía que el buscaba a su chica misteriosa, porque de algún modo no estaba dispuesta a sufrir más, necesitaba sacarlo de sus corazón y decirle todo eso era la mejor manera de que él no se volvería a acercar a ella, aunque  en realidad Hazu deseaba con todo su corazón estar en los brazos de Yunho, deseaba que él la besara de nuevo porque cuando él la miraba latía su corazón, luego de mucho llorar Hazu se quedo dormida.

Por su parte Yunho se sentía confundido, de camino a su casa en el carro pensaba en lo que había sucedido, ver la reacción de Hazu lo confundió mas, supuso que Hazu no sentía nada por él y eso lo hizo sentir muy mal, luego se preguntó porque se sentía mal, en su mente pasaron todas las imágenes de todo lo que habían pasado juntos, que le gustaba estar con ella, en porque la había besado, se preguntaba si sentía algo por ella pero no tenía la respuesta por sus actitudes era evidente que si la quería pero parecía que el algo le impedía reconocerlo.

Al día siguiente Hazu llegó muy temprano porque tenía unas cosas pendientes, tenía que ser fuerte pero Pablo la notó mal y le pregunto.

— ¿Te pasa algo?
— No —dijo disimulando hacer otra cosa.
— A la salida no te vayas espérame –dijo con una sonrisa.

Hazu seguía trabajando con Yunho quien no mencionaba ni una palabra de más que no fuera del trabajo, para Hazu era mucho mejor pero a la vez se sentía triste; definitivamente los dos estaban en una situación fea porque sin duda estaban sufriendo; a la salida Pablo ya estaba esperándola y se fueron a casa juntos pero antes él la invito a un café.

— Sé lo que te pasa.
— ¿De qué hablas?
— Todo esto es por el jefe verdad
— ¿Del jefe? –se puso nerviosa.
— No tienes que ponerte así, te he estado observando, y a él también… ¿te enamoraste de él verdad?

Pareciera que Hazu tenía esto guardado desde hacía mucho tiempo que abrió su corazón.

— No sé como paso –dijo llorando levemente— yo simplemente creo que confundí todo con él.
— ¿Y el que dice?
— ¿Decir… de qué?
— Ya se lo dijiste –le dijo Pablo con mucha seguridad—que estas enamorada de él, creo que debes decirle —dijo con algo de tristeza.
— Estas loco, como le voy a decir eso.
—Yo lo digo porque no quiero verte así, triste y siempre llorando, para mí es un poco difícil, pero quisiera que enfrentaras la realidad ya sea que él te quiera o no.
— No puedo.
—Yo… solo quiero que sepas que siempre estaré a tu lado cuando me necesites, a menos que tú no quieras sea cual sea la situación —Pablo se acercó a ella y la abrazó, Hazu sólo lloro.
—Gracias

Los días siguientes seguían igual Hazu y Yunho no se hablaban más que por trabajo pero Yunho necesita estar cerca de ella, porque ella la hacía sentirse bien y con ella recordaba su amor por la música, ella era una especie de medicina para su alma; una noche alguien toco a la puerta de Hazu, ella abrió inmediatamente pero se sorprendió tanto al ver a Yunho para do ahí, su corazón comenzó a latir fuerte, el tiempo se detuvo y ellos solamente se miraron por unos segundos.

— No quiero incomodarte, no sé como llegue hasta aquí pero… no te preocupes ya me voy porque sé que te molesta mi presencia.
— Espera, entra —el entro— sígueme.

Llegaron hasta el piano, se sentaron y empezaron a tocar, la pieza era Sonata in D Major for Two Pianos, K.448, I. Allegro con spirito, y ahí en medio de todo esto los dos olvidaron las dificultades, el sentimiento de tristeza que sentían, los dedos de ambos se movían y complementaban la suave melodía, pero cuando terminaron la pieza Hazu le dijo.

— La música, el piano, tu lo amas mucho, yo lo sé lo veo en tus ojos y en la manera en que tocas, no sé porque lo dejaste pero es importante que hagas lo que amas, eso agrega algo de alegría a tu vida, yo también lo amo y cuando estoy triste vengo aquí, toco y parece que todo cambia, me gustaría que tú fueras valiente y decidieras de una vez si la música es lo que amas lucha por ello… tu chicas misteriosa.
— Como sabes de ella.
— Eso no importa, lo importante es que hagas algo, si tanto quieres encontrarla, ¡búscala! —le dijo casi gritando y nuevamente con lagrimas en los ojos— pero no te arrepientas.
— Yo… —dijo acercándose a ella y abrazándola a lo que ella correspondió.

Hazu sintió como una sensación que no quería dejar de sentir porque lo amaba, pero luego le dijo.

— Creo que es hora de que te vayas –dijo sin mirarlo y el comprendió que tenía que hacerlo.
— Este bien

Mientras Yunho se marchaba le dijo —gracias—, Hazu no podía hacer más que llorar, a pesar de haber llorado mucho aún salían lágrimas de sus ojos, la invadía una tristeza y lo único que hizo fue empezar a tocar y cantar esa canción que tanto amaba y mientras lo hacía seguía llorando, las palabras casi no salían pero siguió cantando.

Cada vez que separas nuestras manos entrelazadas
Trato de aferrarme a su calidez
Cada vez que pienso en volverte a ver
Mi corazón se tiñe de una preciosa sombra
Incluso las cosas más simples
Se vuelven recuerdos cuando estamos juntos

Ni tu voz, ni tus frágiles hombros
Ni tus ojos son míos
No importa que siempre haya estado a tu lado
A menos que destruya tu futuro
Mis sentimientos no se harán realidad
En un momento de mi sueño, te amo tanto al grado que lastima
Pero la noche está terminando

Camino por las brillantes calles
Tratando de olvidar los momentos en los que nos encontramos
Tu sonrisa y la primera vez que nuestras manos se tocaron
Se mantiene viva en mis recuerdos

Quiero abrazarte, quiero abrazarte fuertemente
Sin embargo no eres mía
Y eso lastima mi corazón
Quiero abrazarte, quiero abrazarte pero no puedo
Te quiero tanto que esto se está desbordando
Sin ser capaz de detener el taxi y hacerte una promesa
Mientras agitas tus manos

Ni tu voz, ni tus frágiles hombros
Ni tus ojos son míos
No importa que siempre haya estado a tu lado
A menos que destruya tu futuro
Mis sentimientos no se harán realidad
En un momento de mi sueño, te amo tanto al grado que lastima
Pero la noche está terminando


Si, era la misma canción que Yunho había escuchado esa noche en la academia, Hazu era su chica misteriosa pero él no lo sabía.

Durante el fin de semana Hazu había recibido una llamada que la había dejado algo perturbada y pensativa, su hermana le había hablado de nuevo luego de mucho tiempo, le había dicho que regresara, que era su última oportunidad, si regresaba la perdonaría y la ayudaría a nuevamente hacer una vida en México, Hazuki no sabía qué hacer, las cosas en corea no había funcionado muy bien, había encontrado trabajo pero lo de Yunho le hacía daño y tal vez marcharse de ahí era la mejor salida, una parte de ella sabía que si lo hacía estaba solo escapando del problema y el dolor, pero era muy probable que en México Yunho jamás de los jamases llegaría y menos por ella.

Así que una noche antes de ir nuevamente al trabajo preparó todo, sus papales para renunciar, su maleta, todo lo necesario, vio el piano, el piano que tanto amaba y decidió venderlo, no tenía tanto como para gastar en trasportarlo ya que su hermana no lo recibiría en casa, además ella tenía en mente dejar todo atrás y empezar una nueva vida en México.

Regresando nuevamente a la empresa al terminar la jornada de trabajo ella presentó su renuncia pero no a Yunho sino a otra secretaría.

— ¿Cómo? ¿Te vas, conseguiste un mejor trabajo?
— Digamos que empezaré algo nuevo.
— Si es bueno para ti está bien, yo le informaré al gerente.
— Gracias, también dile que lamento esto tan de repente pero no puedo esperar más, estoy segura que encontrará una nueva secretaría eficiente.
— Está bien y mucha suerte —dándole un fuerte abrazo.
— Escucha por favor, no se lo des hasta mañana en la mañana.
— Este bien –dijo extrañada pero comprensiva.

Hazu salió esa tarde pero antes hecho un vistazo a todo, puso una sonrisa en su rostro, no volvería nunca más, y se marchó. Sólo Pablo sabía que se iba a México y aunque él quisiera no podía hacer nada por impedirlo; la secretaría le entregó los papeles a Yunho que impresionado vio la renuncia irrevocable e inmediatamente pidió que lo dejarán solo.

— Así que te vas —apretando su puño— creo que es lo mejor, decías que cuando yo estaba cerca sentías dolor, tal vez seas más feliz así —en ese momento entro Pablo sin pedir permiso, y le grito.
— ¿Va permitir que ella se vaya?
— ¡Porque entras así sin permiso!
— Escúcheme, ella se va por usted.
— Si lo sé y es lo mejor
— ¿Es lo mejor?, ¡No podría estar más ciego y ser un cobarde! No se la merece pero sé que si no hago esto ella será totalmente infeliz.
— De que hablas.
— Si es cierto que ella se va por usted pero no porque lo odia o lo desprecie, no sé cómo no se da cuenta.
— Pero ella me dijo que cuando yo estoy cerca ella sintió dolor.
— ¿Y porque sentiría dolor? Porque ella LO AMA.
— ¿Qué dices? —dijo Yunho sin creerlo.
— Si alguien por alguna razón no quiere a alguien no siente dolor, lo único que sentiría es desprecio e indiferencia pero ella no siente eso, es dolor, dolor porque usted jamás le dijo algo, jamás le dijo que la quería, porque ella lo ama y usted también verdad.
— ¿Yo? —dijo algo confuso.
— Por una vez no sea cobarde y no tengo miedo, ella me lo dijo, está enamorada de usted, piense, recuerde y en su corazón encontrará la verdad, por primera vez decídase y  ¡vaya tras ella! —ya había llegado a la puerta pero regresó— ha, se me olvidaba, ella dejó esto para usted —le entrego un disco— escúchelo y ojala no sea demasiado tarde ella se va hoy a México, su vuelo sale en media hora —le dijo y se fue.

Yunho analizó todo lo que Pablo le había dicho y empezó a recordar el beso, ellos tocando y lo que le dijo de la chica misteriosa esa noche; y más que hacer conclusiones busco en su corazón y por fin encontró la respuesta.

— Yo la amo en verdad y —tomó el disco y lo puso en la radiograbadora y escuchó la voz de Hazu.

— Hola, lamento todo lo que paso contigo y conmigo pero quiero que sepas que no importa donde estés o donde este yo, yo siempre voy a pedir por ti, para que seas la persona más feliz del mundo y también para que encuentres a tu chica, cuando lo hagas —decía casi llorando— no la dejes ir —hubo una pausa— y para terminar quiero regalarte una canción que me gusta tanto, espero que te guste y la guardes en tu corazón… adiós.

En ese momento empezó a sonar una suave melodía y Hazu empezó a cantar, Yunho no podía creer lo que escuchaba, esa canción era la misma de su chica misteriosa, esa canción que había tenido metida en su cabeza y en su corazón todo ese tiempo, su ojos se llenaron de lágrimas, entonces entendió todo, la tenia metida en su cabeza porque sin duda ella era su destino y lo mejor era que esa chica era también la misma persona que hace pocos momentos había descubierto que amaba, pero se dio cuenta que si no salía de esa oficina en ese momento la perdería.

— Eres tú, siempre fuiste tú —Yunho salió corriendo y se fue en su carro.

Hazu subió al avión, miró por la ventana, vio por última vez ese lugar que había guardado sus mejores experiencias pero a la vez también sus dolorosos momentos.

— Tengo un dolor en mi corazón que siento que no podré soportar, me voy para no sentir más dolor pero creo que alejándome sufriré más porque te amo tanto, tanto que siento morir, pero acá solo voy a llorar aquí mientas dure el vuelo porque cuando llegué a México pretenderé que nada de esto paso—se recostó en el asiento y lloro.

Hazu llegó a la ciudad de México su tierra natal, su hermana le dijo que no podía ir a traerla al aeropuerto así que llegaría sola a la casa, subió a un taxi y antes de llegar a la casa de su hermana recorrió algunos lugares viendo todo con la ventana abierta y el aire rosando su rostro, se sentía triste pero a la vez alegre de ver todo de nuevo, en verdad extrañaba todo y como ella decía “México lindo y querido” Hazuki Jung o más bien Asenet Cisneros había vuelto.

Se bajo del taxi y vio la casa, despacio entró y tocó pero nadie le habría, entonces decidió entrar, todo se miraba diferente a como ella lo recordaba, dejo sus maletas en la entrada y empezó a llamar a su hermana, pero parecía que no había nadie, entonces escucho algo que provenía de la sala, una melodía de piano que no descifraba aún, se acercó más y más hasta escuchar algo conocido, era la canción que ella tanto quería, pero cantada por una voz que también creyó reconocer, cuando entró por la puerta de la sala vio algo que la dejó impresionada, ahí en medio de la sala estaba su hermoso piano de cola blanco, pero al dirigir su mirada hacia quien tocaba vio a esa persona que tanto quería ver y que tanto amaba, ahí estaba Yunho tocando y cantando aquella canción, lo observó y no podía creerlo, el estaba ahí, y casi inmediatamente una lagrima cayó por su mejilla, en medio de la canción el dejo de tocar y se levantó.

                — Esta canción significa mucho para mí, es esta canción la que no puedo sacarme de la cabeza, la que escuche esa noche, es la que cantaba mi chica misteriosa, fui un idiota, la tuve cerca todo este tiempo y casi la pierdo —dijo acercándose a ella— lamento haber dejado que derramarás tantas lágrimas y lamento haber esperado mucho para decirte que —se acerco mas a ella y diciéndole en español—  TE AMO.
                —Yo también TE AMO.

Y así sin más la beso, y ella comprendió todo, entonces pudo escuchar lo que siempre quiso, esas dos palabras tan simples pero con un sentido demasiado hermoso para ella.

— Gracias a ti por ser una luz en mi camino y recordarme cuanto amaba la música, te encontré y esta vez no te dejaré ir eres una niña hermosa, bueno y sobre todo me amas como yo a ti.

Esas palabras que sus labios nunca se atrevieron a decir pero su corazón decía a gritos DIME QUE ME AMAS se esfumaron para siempre y en lugar de ellas llegaron otras más hermosas SARANGHEE YO.

FIN

CON TODO MI CARIÑO PARA TI
 GRACIAS POR TODO TU APOYO.

2 comentarios:

  1. onni U_U lloro que lindo muchisimas gracias por este lindo fic, te quiero nya esta super ^^ muchas gracias muchas gracias de verdad onni ^^

    fighting

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  2. Esta linda!!! la historia es super... felicidades... muy bonita... es muy linda!...

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